La palabra biohacking se usa para definir un movimiento mundial que busca hacer accesible a más personas las técnicas, prácticas y herramientas para usar los conocimientos y sistemas biológicos para nuevos propósitos con un impacto positivo en la sociedad.
Otros términos similares incluyen biología DIY o DIYbio (Do It Yourself, por sus siglas en inglés). El movimiento ha sido liderado por científicos, inventores y emprendedores que buscan la inclusión y mejorar el acceso a las ciencias biológicas y de la vida a todos los sectores de la sociedad.
La mayoría de los biohackers trabajan con técnicas de biotecnología, biología molecular, biología sintética o ingeniería genética en diferentes organismos; y de esta forma vuelven a la ciencia parte de la sociedad, crean comunidades y ayudan a personas a desarrollar proyectos de biotecnología aún sin pertenecer a la academia o el sector empresarial.
A partir del descubrimiento de la estructura del ADN se crearon técnicas para analizar, secuenciar y modificar la información genética. La tecnología que permite realizar estas actividades ha disminuido de precio dramáticamente en los últimos 10 a 15 años; lo que permitió que naciera el biohacking, que se inspiró en otros movimientos: la ciencia ciudadana, el hacking y la cultura maker.
La ciencia ciudadana promueve la participación de la ciudadanía en los descubrimientos científicos, a través de educación, creación de experimentos colaborativos y vinculaciones entre academia y sociedad. Por su parte, la cultura maker propone la idea de que todas las personas son capaces de crear e inventar todo tipo de cosas, incluyendo dispositivos tecnológicos; e intersecta con el hacking en la filosofía de información abierta y fomentar que cualquier persona pueda acceder, compartir y generar información valiosa.
El biohacking busca divulgar e invitar a la ciudadanía a que aprenda sobre biotecnología y qué implica su uso, así como las perspectivas de esta tecnología. Todo a través de compartir información científica e información genética y dar acceso a las personas a equipos y herramientas de uso abierto, como lo que hacemos desde Scintia.
Hay quienes se oponen a la popularización del biohacking, pues consideran que puede ser peligroso que todas las personas puedan utilizar la información genética para su propio beneficio; mientras que otras personas consideran que la biotecnología puede resolver muchos problemas actuales y del futuro; y por lo tanto la innovación debería ser completamente abierta. Todas las posturas son válidas; pero sólo el diálogo y la discusión lograrán generar innovación manteniendo la seguridad de todos como prioridad.
En Scintia, somos apasionados de fomentar la innovación abierta, inclusiva y segura y hemos trabajado para que más personas puedan tener acceso a los equipos básicos para instalar laboratorios de biotecnología y biología sintética, propios y comunitarios. Forma parte de nuestra comunidad para que juntos eliminemos las barreras para enseñar, investigar y emprender en biología sintética. Regístrate aquí si eres maestro y aquí si eres emprendedor.